sábado, 30 de agosto de 2008

Número 22: Lolita


Ya lo he dicho antes, pero lo reitero, Vladimir Nabokov es uno de mis escritores favoritos, no sólo es ruso, aparte es muy bueno, o lo fue en todo caso. La verdad, de él únicamente he leído (completa) Desesperación, la cual me parece una novela excelente.

Con respecto a Lolita, pues nunca la acabé, leí solamente la Primera Parte. Pero fue suficiente... suficiente para darme cuenta qué tan mal han caracterizado a Humbert en las adaptaciones fílmicas y lo mal que han planteado la obsesión de este personaje para con Lolita. El problema, pienso yo, es que prefieren lo eminentemente escandaloso antes que lo realmente impactante.

Humbert tiene una historia previa a su encuentro con Lolita, y es esta misma historia previa la que lo lleva a actuar de la manera en la que lo hace. Esta historia previa de Humbert es bastante interesante. Ignorarla es como extirpar un órgano vital pensando que no cumple ninguna función importante (he encontrado tristemente que el libreto de la versión de Kubrick lo escribió Nabokov, definitivamente ni él mismo pudo hacer una adaptación digna de su obra). La versión de 1962 ignora totalmente los sucesos anteriores a la relación Humbert-Lolita, la de 1997 menciona el romance de Humbert con Annabel Leigh, su primer amor, con quien se conocen de niños y se enamoran, con la conclusión prematura de ella muriendo de tifus y dejando el germen de la obsesión en Humbert por quienes él llama "Nínfulas". Es decir que Lolita no fue la primera sino la última: la cúspide de la psicosis de Humbert. Pero todas esas experiencias intermedias son echadas a un lado en los filmes.

Como lo establecí en un post anterior, Nabokov es capaz de crear psicópatas con los que nos podemos sentir cómodos, puesto que son sujetos refinados, amables, capaces de decir lo que uno sólo piensa, e incluso de realizar lo que muchos sólo dicen hacer.

Uno de los placeres de leer esta primera parte de Lolita fue el hecho de encontrarme con los ingeniosos laberintos lógicos que nos plantea Nabokov. También lo reitero, Nabokov fue creador de una literatura inteligente, a la vez que apasionante. Nada de esto lo encuentro en las adaptaciones fílmicas ni de Kubrick ni de Adrian Lyne. Si bien uno podría encontrar algo trágico en lo narrado, la tragedia acompaña a la comedia, es decir es tragicomedia, y según recuerdo, al principio de la novela, Humbert no está arrepentido por lo hecho ni trata de justificarse; a momentos uno se topa con los mentados juegos lógicos de Nabokov, con su humorismo, el cual disipa ese patetismo que nubla los filmes basados en su obra. Según leía en el artículo sobre la novela que se encuentra en Wikipedia, quien lo haya escrito comparte mi opinión acerca del hecho que no fue posible (ni por el mismo Nabokov, ya se dijo) transmitir a las películas la inteligencia de su obra.

En este caso, definitivamente "nos" recomiendo (tomando en cuenta que nunca la concluí) que leamos Lolita de Vladimir Nabokov. Los filmes, excluyendo cualquier mérito que les sea propio, no alcanzan la calidad de la obra original.

No hay comentarios: