domingo, 30 de noviembre de 2008

Número 40: Watchmen


Y así, casi un mes después de haber terminado de leer esta novela gráfica, me aviento una de las más difíciles reseñas que haya emprendido.

Tratar acerca de esta obra maestra no es fácil (aún cuando sí motivo de gran entusiasmo).

Para empezar, es necesario señalar que fue escrita por Alan Moore y dibujada por Dave Gibbons. La historia es impresionante, y lleva un ritmo lento, yo diría que moroso: poco a poco las piezas van encontrando su posición en el tablero, cuando todas están dispuestas, una mente maestra realiza su jugada y... jaque mate. El dibujo sobrio, me parece el indicado; nada de imágenes impactantes, sólo el estilo necesario para darle el realismo requerido.

Al principio me fue difícil adecuarme al ritmo de la narración, pero al entrar en conocimiento, gradualmente, con cada uno de los personajes principales, ya no pude sino seguir leyendo y quedar boquiabierto sucesivamente.

Algo que pienso tratar en las próximas entradas de este blog es acerca de los caracteres que protagonizan o coprotagonizan una historia y lo importante que es su planteamiento como individuos. En el caso de Watchmen, me parece que cada uno de sus personajes es el resultado de un exitoso trabajo de caracterización y esto último, en efecto, es uno de sus principales logros.

Primero aparece Rorschach, quien investiga el asesinato de el Comediante. Luego vamos conociendo, pero de manera somera, a los otros, el Búho Nocturno, el Dr. Manhattan, etc. No sé si cada persona que haya leído Watchmen tiene algún personaje favorito; en mi caso, prefiero a Rorschach, y aún más, pienso que este carácter representa de manera precisa a toda la novela gráfica. La razón de mi predilección por Rorschach la relaciono con el hecho de que, para empezar, es un detective y, algo importante, es un inadaptado de primera. Me gusta el hecho de que, en determinado momento, Rorschach es la identidad real y el otro, un simple disfraz.

Son varios los tópicos tratados en Watchmen (Vigilantes sería una buena traducción para el término), pero creo que uno muy importante es el de la Libertad; libertad de elegir por uno mismo, por los demás, por todos... Otro tema importante que se plantea es el de la Moral; para Rorschach esta última no es relativa, nunca es ambigua. Como las manchas negras sobre fondo blanco de su (más-)cara, el bien y el mal son absolutos. Lo bueno, lo correcto, nunca se mezcla con lo malo, lo vil. El blanco es blanco, el negro es negro y, moralmente, no existe el gris, porque ello implicaría que podrían confundirse. La anulación final del otro (de la "identidad secreta") de Rorschach, demuestra lo anteriormente expuesto; si bien, en un momento dado, las dos identidades fueron paralelas, finalmente una de ellas predominó y eliminó a la otra, porque esa dualidad tenía que llegar a una conclusión... algo tiene que ceder, uno de los bandos tiene que ganar, y para Rorschach está claro cuál es: el de la justicia, como él la entiende. El tema de la Deshumanización no podría faltar (o a lo mejor sí, pero en este caso está presente), en la figura del Dr. Manhattan, quien pierde su condición de ser humano (moralmente... y físicamente también, de hecho), y ya no comprende a los insignificantes seres que lo rodean, si no es como manifestaciones de materia y energía. Y finalmente, el tema del Control Social, que queda sintetizado en la frase «¿quién vigila a los vigilantes?».

No podría (ni es mi intención) sintetizar aquí y ahora todo lo que abarca Watchmen. Me interesa únicamente llamar la atención sobre algunos de los puntos que me parecieron importantes (y digo algunos porque no los menciono todos...). Ahora que se avecina el filme de Watchmen seguramente iré al cine a verlo, pero como ya lo he establecido antes, sin mayores expectativas. Definitivamente, para conocer a los Watchmen, es necesario "vigilar a los vigilantes" de cerca... leyendo el cómic.




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