lunes, 22 de septiembre de 2008

Número 29: Los Viajes de Gulliver


Ridículamente orillada al papel de cuento infantil, recortada únicamente a dos de sus partes (denominadas, “En el país de los enanos” y “En el país de los gigantes”, respectivamente Viaje a Liliput y Viaje a Brobdingnag) y, en ningún caso reconocida como lo que realmente es, una novela tal cual, y más importante, una obra extremadamente inteligente; se le ha robado a esta narración magistral lo que es más importante en ella: la sátira.

Swift se mofa del ser humano, criatura tan autosuficiente, tan arrogante, tan absurda a fin de cuentas. Y específicamente se burla de la sociedad británica del siglo XVIII, de su forma de vida, de su política, de cómo se ve a sí misma.

Nos muestra al colonialista como se siente reflejado: de repente un gigante, de repente un enano, de repente un hombre sensato, de repente una bestia peor que cualquier animal: un yahoo.

Esto y más (porque cada quien habrá de interpretarlo a su manera) son los Viajes de Gulliver.

La obra se divide en:
Primera Parte: Viaje a Liliput
Segunda Parte: Viaje a Brobdingnag
Tercera Parte: Viaje a Lupata, a los Balnibarbas, a Glubbdubdrib, a Luggnagg y al Japón
Cuarta Parte: Viaje al país de los Houyhnhnms

A mi criterio, la más interesante de todas es la cuarta parte, la cual corresponde al país de los Houyhnhnms, los sensatos caballos que conviven con los irracionales e insensibles yahoos, similares a un estadio salvaje del género humano. Dicen los Houyhnhnms “nadie puede desobedecer a la razón sin prescindir de su derecho a considerarse una criatura racional”.

La mayoría de obras que me gustan comparten el hecho de conservar su vigencia. ¿Acaso lo que escribió Swift sobre la relatividad de la grandeza del ser humano, sobre su humanidad en sí, ha perdido un ápice de actualidad?

¿Cuál es la conclusión final acerca del buen doctor inglés y su especie a la que llega el rey de Brobdingnag? “Asombrábale que un impotente y vil gusano como yo era (estas fueron sus propias expresiones) pudiese mantener tan inhumanas ideas de modo tan familiar, al punto de parecer inconmovido por las escenas de sangre y desolación que había pintado como efectos comunes de aquellas destructivas máquinas, que algún mal genio, enemigo del género humano (decía), debió de haber inventado por primera vez.”

(Originalmente publicado en la edición de la Revista Lunapark del mes de agosto de 2008)


4 comentarios:

Gabriel Arana Fuentes dijo...

Sabés, este libro lo leí hace un par de años en mi desempleo. Coincido. Las caticaturas se cagaron en él. El libro como decís no pierde vigencia es actual. Cuando está en BordindagdfsdfslRTR#ETer o como sea, cuando disccute con el rey es un de los más grandes diálogos.

Por ello creo que la canción de Gulliver de Sabina le hace justicia. cuando la escuché pe di cuenta que esa reinterpretación fue interesante tambien.

Petoulqui dijo...

Estimado Gabriel:

A mí también me gusta la canción Gulliver de Sabina, es una buena reinterpretación, ciertamente.

Otra canción que se llama Gulliver es la que incluyó Miguel Bosé en el álbum Sereno. También me gusta.

Definitivamente el diálogo con el rey de Brobdingnag es una de mis partes favoritas. Es terriblemente intensa. En ella, Swift despliega todo su poder satírico.

Talvez después mencione Las aventuras del Barón de Munchausen, una obra con ciertas similitudes y con grandes diferencias también...

Gracias por tu comentario. Nos leemos.

Saludos,

Peto

q u i n o ƒ ƒ dijo...

Peto

Gracias por tu paso por mi páginas y tus buenos conceptos. Eso y mucho más se puede decir de la tuya. Me he quedado buen tiempo leyendo varias entradas. Sobre Los Viajes de Gulliver, aparte de ser un libro que siempre me pareció atractivo (aunque sólo con el tiempo aprendí a darle su justo valor), la relación las Aventuras del Barón de Munchausen me parece sumamente bien pensada. Aguardo lo que puedas decir, que seguro sólo será parte de lo que ya has pensado al respecto.
La sátira en sí misma me parece un género enorme. Quizás no haya mejor forma que abordar la contradicción humana que usando un arma tan paradojal como este género, que llora riendo y ríe llorando (como el Garrick del poema, o como el Payaso de Leoncavallo).
Los bufones de las cortes, según se dice, tenían el permiso de decir las verdades más duras. Y hasta el refrán recuerda que "entre broma y broma, la verdad se asoma". Pero hoy, hasta eso pareciera faltar.

Petoulqui dijo...

Quinoff:

Bienvenido a éste, mi humilde hogar.

Ya que nos gusta la sátira, tengo un amigo y colega de por acá que escribe de una manera bastante punzante:

http://lavirtualalteridad.blogspot.com/

A lo mejor querés echarle un vistazo.

Gracias por pasar por aquí.

Nos leemos.

Saludos,

Peto