jueves, 18 de septiembre de 2008

Número 27: El Fantasma de la Ópera


Ésta es una obra que tiene un significado especial para mí porque su protagonista es un músico. Y aparte es interesante porque es una novela de tipo gótico y del género policíaco.

Quién no conoce, al menos de manera lejana, el mito (más bien la leyenda) del fantasma de la ópera. No es necesario que a uno le guste la ópera para que pueda apreciarlo. Cuando quiero explicarles algunos temas a mis alumnos (como la esquizofonía), les narro breve y concisamente las desventuras de tal fantasma.

Pero, ¿quién es el fantasma de la ópera? ¿es realmente un fantasma? ¿o qué es? ¿valdrá la pena que lo explique aquí, que me robe el ingenio de Gaston Leroux? Definitivamente no. Ésta es una obra para ser leída. Hasta sale uno aprendiendo algo de ópera y de la música en general.

Leyendo la obra de Gaston Leroux, que como buena novela policíaca es bastante digerible pero nada simplona, uno se encuentra con la bella Christine Daaé y al joven vizconde Raoul, dos jovencitos enamorados, y también con el persa, un personaje misterioso cuyas intenciones parecen ser maléficas y quien, por otra parte, parece tener cierto conocimiento del fantasma. Y, luego pero no menos importante, el Ángel de la Música, enviado por el Maestro Daaé, el difunto padre de Christine.

El librito es una maravilla, sin lugar a dudas, perfectamente estructurado, de ninguna manera una decepción, más bien una sorpresa.

Ahora bien, acerca de los filmes, solamente he visto la versión más actual basada en el musical con música de Andrew Lloyd Weber. Me pareció un filme bien realizado, pero al leer el libro uno se da cuenta que está muy alejado del texto original. Me parece que tanto en esta película como en el Drácula de Francis Ford Coppola, los monstruos (que eso son, sin duda. Y no me refiero solamente a asuntos fisonómicos) adquieren cierto toque de héroe romántico, de pobre diablo incomprendido y definitivamente algo se pierde. Y debo añadir que aún sin haber visto nunca el filme silente de 1925, me parece notorio que la mejor caracterización del personaje hasta el momento es la de Lon Chaney.

Hay algo curioso con respecto al tema del Fantasma compuesto por Lloyd Weber, si uno escucha detenidamente la pieza Echoes de la banda Pink Floyd puede notar que los motivos musicales de ambas son muy similares. Hay toda una controversia con respecto a este tema. En lo personal, me inclino por creer que se trata de un plagio intelectual, aún si fuera inconsciente.

Ya que trato el tópico de la música en esta obra, históricamente se ha asociado la Toccata y Fuga en Re menor, atribuida a J. S. Bach, como la obra que el fantasma toca en el órgano. Aún cuando es posible que interpretara esta obra alguna vez (no sería por una indisposición técnica que se viera privado de hacerlo), y es posible que la apreciara (porque el fantasma amaba las obras que demostraban una seriedad en la armonía, la melodía y el contrapunto perfectos, o sea al más puro estilo de Johann Sebastian), la composición que era realmente su favorita era el Dies Irae, el himno funerario gregoriano.

El no mostrar esto en las adaptaciones fílmicas, según mi criterio, es un verdadero error. Si mencionara aquí porque era el Dies Irae la obra favorita del fantasma, posiblemente le arruinaría la lectura a alguien seriamente interesado en comprender la obra. Por lo tanto, no diré más al respecto...

Imagen: Procedencia desconocida (estaba entre las fotos de un usuario de hi5 que se hacía llamar The Phantom, pero no sé cómo encontrarlo actualmente; sin embargo, me parece que la imagen es la adecuada: es la caracterización de Lon Chaney).

3 comentarios:

Goríron dijo...

Claro! esa es la posición clásica del fantasma, por cierto, encontré una versión del libro en elaleph.com que trae notas que hacen creer que la historia pudo haber sido real.

Interesante artículo, ya mismo bajo el himno funerario gregoriano

Salú!

Petoulqui dijo...

Estimado Martín:

Debo reiterar que me impresionaron bastante tanto tu post sobre las nefastas adaptaciones fílmicas de libros buenísimos, como tu caracterización de Erik.

Interesante esta historia del Fantasma, sin duda. Leroux era genial; voy a ver lo de la versión con las notas. Gracias.

Y qué bueno que te interese lo del Dies Irae. Esta composición es espectacular (por usar un término), su influencia sobre grandiosos creadores musicales todavía se siente.

Saludos,

Peto

Anónimo dijo...

Estimados:
Harim Lumley Nerú, es decier Erik, El Fantasma de la Opera existiò realmente (1829-1894.) y su historia serà publicada proximamente en la página "CineFania.com" como un suceso ùnico literario.
Los saluda amablemente

Natàn Solans
www.fxtrucos.8m.com