sábado, 20 de septiembre de 2008

Número 28: La máquina del tiempo


Número 28 de Mis Libros Favoritos y otros más, en el año 2008, cuando tengo 28 años. Interesante, se me hace.

La máquina del tiempo fue el primer libro que leí de H. G. Wells. Mentiroso, como he sido a veces, en el año 1992 (en ese entonces tenía 12 años), afirmé en un examen final, el de Idioma Español, que había leído "La Guerra de los Mundos" , y desarrollé una brevísima reseña en la serie final de la mentada prueba. Dieciséis años despúes sigo tratando de terminar el pinche libro editado (para mi desgracia) por la editorial Bruguera en su Colección Juvenil (o nombre semejante).

Fue hasta 1999 cuando leí "La máquina...", ¿por qué? pues, mi amigo Mario Antonio quería leer el libro y me lo pidió prestado, y yo le respondí que con mucho gusto, pero que primero iba a leerlo yo. Y como era una edición de Norma, de esos "flip books" bien chileros, con traducciones entretenidas, lo terminé rápidamente.

Si pudiera volver en el tiempo, hablaría conmigo mismo y me explicaría la importancia de terminar ese montón de libros acumulados a través de los años en la zona de inconclusión. Pero, ni modo, le toca a mi yo de hoy hacer lo que no quiso mi yo de ayer.

En "La máquina del tiempo" de Herbert George Wells, un científico británico inventa un dispositivo que le permite viajar por la cuarta dimensión. Según H. G. aparte de las tres dimensiones tradicionales: largo, ancho y volumen, había una cuarta: el tiempo. Y se podía viajar por él como por las otras dimensiones. Tendremos que recordar la fecha cuando fue escrita la obra. Herbert lleva a su protagonista a un futuro extremo y distópico con dos subespecies de la humanidad, una débil y estúpida que actúa como ganado para otra, astuta (pero, igualmente estúpida) y fuerte que actúa como depredador.

Herbert plantea que con el tiempo, la clase dominante se había tornado débil y estúpida por su vida vegetante y la clase obrera se había tornado astuta, pero igualmente estúpida por la falta de ilustración, sin embargo conservaba sus fuerzas porque trabajaba. Los papeles se dieron vuelta y los subterráneos, llamados morlocks, dejaron vivir a los de la superficie para poder alimentarse de ellos. Reitero, eran su ganado.

La máquina del inventor es sustraída por los morlocks y debe recuperarla para regresar a su "paradisíaca" época victoriana.

Mi adaptación favorita es, y creo que siempre será, la de los años '60. No es completamente fiel, pero me parece que era interesante. La adaptación más reciente, me parece que se mete a asuntos algo filosóficos, con un Jeremy Irons algo siniestro, pero realmente no me parece que aporte nada, salvo la premisa inamovible de que no es posible cambiar la historia, que lo que ha de suceder sucederá en una especie de determinismo sin sesos.

De la película sesentera recuerdo dos escenas que me impactaron, cuando el inventor le pregunta a los "semovientes" de la superficie acerca del destino de la cultura, de los libros, y ellos lo llevan a una pequeña librera. El inventor toma un libro y éste se deshace en sus manos, así como todos los demás, causándole una gran desesperación (esto lo puedo entender muy bien). Y la otra es cuando uno de los "semovientes superficiales" es llevado a su límite por los morlocks y le propina un fuerte puñetazo a uno de ellos. Me pareció sumamente significativo.

Hay una versión intermedia, del año 1979, en ella el protagonista es el mismo H. G. Wells, quien supuestamente, inventó una máquina del tiempo. El personaje es interpretado por Malcolm McDowell. El filme es titulado "Time After Time", y la trama no está relacionada con el argumento de "La máquina del tiempo", es completamente otra historia. De esta película recuerdo la frase pronunciada por Herbert: "Cuando un hombre emplea la violencia es porque se le han acabado las ideas". Magistral, realmente.

En conclusión, el libro más entretenido que he leído de H. G. Wells ha sido La máquina del tiempo (si bien, sólo he leído dos, el otro es El hombre invisible), y lo recomiendo totalmente. También las adaptaciones fílmicas son interesantes, supongo que en gustos se rompen géneros.

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