domingo, 24 de agosto de 2008

Número 20: 2001: Una Odisea Espacial


Este es un post que había esperado bastante para escribirlo. Principalmente, porque hasta hace unos meses leí completo (finalmente...) el libro "2001: Una Odisea Espacial" de Arthur C. Clarke. Y, luego, ya con el ánimo dispuesto, seguí con la secuela "2010: Odisea Dos". Finalmente el buen Cuervo me pasó el "2061: Odisea Tres" en versión electrónica, pero éste último no lo he terminado de leer; la verdad, hasta donde llevo leído me gustó bastante, sin embargo, como siempre me sucede, otro libro se cruzó en mi camino, y tuve que dejar la serie de Clarke en espera. Aún, con los dos primeros libros tengo suficiente para comentar.

Lo interesante de 2001 es el hecho de que contrario a lo que sucede frecuentemente, el libro no dio lugar a la película. Y, contrario a lo que se pudieran imaginar si no conocen la historia, tampoco es que, simple y llanamente, la película haya dado lugar al libro.

En todo caso, lo que sucedió fue que Stanley Kubrick quería realizar lo que él llamaba "La buena película de Ciencia Ficción". Me parece que se refería al hecho de que los filmes de ciencia ficción previos a 2001 carecían de seriedad (no digamos de calidad; basta con ver las películas de sci-fi de los años '50 y '60. Son entretenidas pero, salvo escasas excepciones, dejan mucho que desear).

Interesante es que la fecha de estreno de 2001 haya sido 1968, un año antes de la llegada a la Luna (si son creyentes del alunizaje), cuando se estrenó otra película que le dio cierto revuelo a la ciencia ficción en el cine: El Planeta de los Simios, basado en la novela de Pierre Boulle. Más allá de la franquicia, esta última película (primera de una larga serie) ofrecía ciertas técnicas avanzadas de maquillaje y un tono más bien oscuro.

Pero quedemos con 2001, ya habrá tiempo para tratar sobre El Planeta de los Simios en otra ocasión.

2001, como bien señalara Justo Chang (qepd), si mal no recuerdo, hacía referencia justamente a la Odisea, su protagonista David Bowman tiene un nombre con intención (pues Bowman es arquero, como Ulises/Odiseo). Y nos hacía reflexionar sobre varios temas: La evolución, la existencia de vida inteligente más allá del sistema solar y la inteligencia artificial. En efecto, era una odisea en la Era espacial. Como dijo una vez el maestro Enrique Anleu Díaz, "de qué se va a tratar en una época como la nuestra", pues claro, de naves espaciales y rayitos, como dijo una vez cierta patoja que conocí.

Habiéndose acercado Kubrick a Clarke para pedirle que trabajaran este proyecto en conjunto, éste retomó motivos de algunas de sus obras previas y los arregló en una magnífica sinfonía espacial (miren, yo uso el término sinfonía adecuadamente, no como cuando alguien escribe sinfonía de agua, porque está lloviendo o algo así, una sinfonía es una obra magistral, de gran extensión que implica el tratamiento genial de varios motivos o temas).

Estando Kubrick filmando en base al libreto de Clarke, éste último (de repente Clarke, qepd, se ha convertido en éste en este post...) inició a escribir el libro simultáneamente al proceso filmográfico, por eso la novela agrega elementos del filme, pero también se tomó la molestia (o el encanto) de ampliar y describir ciertos sucesos, por ejemplo el cómo y porqué Bowman se convierte en El Niño de las Estrellas.

En la novela 2010, Clarke se distancia de ciertos aspectos del final de la novela 2001, y la hace coincidir con el filme 2001, él mismo explicó sus razones. A fin de cuentas, no eran secuelas precisas (ni 2010 ni 2061 ó la entrega final 3001), simplemente eran como variaciones de un tema (algo muy comprensible en el ámbito de la música; según parece, Clarke debió ser un filarmónico...).

Kubrick triunfó al conseguir con 2001 la "buena película de ciencia ficción", y lo hizo junto con Clarke. Ambos nos regalaron personajes interesantes como David Bowman, quien representa el ideal del héroe explorador, protagonista de un nuevo renacimiento de la especie humana con sus considerables costos, o el Dr. Heywood Floyd (Woody), otra clase de explorador, quizás más científico pionero que aventurero; nadie podría olvidar a HAL 9000, el computador, la amenaza de la inteligencia artificial, el razonador a quien lo irracional torna paranóico; y por último, Zagadka (el enigma), el Gran Hermano, la anomalía, TMA, el monolito, símbolo del misterio, de lo desconocido.

Si le gustó el filme y tiene dudas, lea el libro, a lo mejor le dan ganas de leer toda la serie. Por otra parte, si no ha visto la secuela (2010), me parece que siempre vale la pena echarle un vistazo, aún sin ser tan impactante como 2001, guarda algo de su encanto, y cumple bien lo de ser "la buena secuela de la buena película de la Ciencia Ficción".

Pd. Como caso curioso, y siendo otro aporte del Cuervito, apunto para finalizar que el Estudio había ordenado la composición de una banda sonora para el filme 2001, por el autor de música para película Alex North. Al final, como se habrán dado cuenta quienes hayan visto el filme, Kubrick no la utilizó en absoluto. Para quienes quieran investigar más sobre esto les dejo el link para leer el artículo completo en el Cuervolopez. (Por cierto, el soundtrack de North se puede descargar desde el sitio mencionado)

1 comentario:

Fernando Ramos dijo...

Kubrick hizo una de las mayores obras maestras del cine, el sentido filosófico del filme es muy profundo, más que el libro de Clark.