miércoles, 24 de junio de 2009

Número 48: Soy un lector malísimo



Como dijera Antonio Salieri, citado por Alf, en el programa de TV homónimo (Alf, no Antonio Salieri), "¿Por qué me diste el deseo pero no el talento?"

Nunca he sido un gran lector y justo es señalar que, en realidad, nunca he sido un buen lector, lo que es igual a decir que he sido (y soy) un mal lector. Llevado al superlativo: soy un lector malísimo.

Leo lentamente. Aún cuando prefiero el término "morosamente", suena más exótico, como dijera mi maestro de Moral y Ética. Y no leo todo lo que quisiera, ni lo que debiera, según me dicta mi ética libresca.

Es más, he mentido acerca de lo que he leído, ya verán porqué lo digo. Cuando estaba en sexto primaria, allá por el año de 1992, parte del examen final de Idioma Español consistía en leer un libro completo, y nuestro maestro, que en mis palabras de niño era "re-buena onda", se tomó la precaución de indicarnos que una revista de Selecciones de Reader´s Digest de ninguna manera podía ser tomada como dicho libro (o como ninguno a fin de cuentas), precaución que yo he conservado hasta la fecha, motivo por el cual uno de mis mayores conflictos con mi progenitor es con respecto a las mentadas revistas del Digest, en cuanto a que muchas veces preferiría hacerles corte marcial y ejecutarlas para tener más espacio para los "verdaderos" libros.

Ah, pero ya empecé a divagar, como siempre. El hecho es que teníamos que leer un libro y yo escogí "La guerra de los mundos" de H.G. Wells, y en el examen final hice un resumen (no recuerdo que nos pidieran una síntesis, pero bien pude hacer una síntesis, o creer que la hacía, como siempre he creído que hago un resumen al hacer una síntesis y viceversa) de la novela de ciencia ficción mencionada. Y gané el examen, por supuesto. Y por muchos años se creyó que ya había yo leído la obra. Pero qué creen, amigos lectores, nunca he leído "La guerra de los mundos" (al menos completa, porque esa edición de la Bruguera que tengo sería suficiente para matar del aburrimiento al más docto).

Ese mismo año había leído, eso sí, un libro titulado "El relato de un náufrago" de un tal Gabriel García Márquez que creo, en parte, debió ser motivo de mi antipatía por el Gabo, así como cuando, también de niño traté de leer "Leyendas de Guatemala" de Miguel Ángel Asturias y comenzó mi aversión por las obras del Moyas. También leí un libro titulado "Por todos los dioses" de un escritor español, ¿cómo era qué se llamaba? Ah, sí, Ramón García Domínguez, obra con la que confirmé mi amor por la mitología griega. Y me devoré un librito de la Sopena para niños: Cuentos de Grimm. Pero de la obra de Wells, nanai. Sí, ya leí "La máquina del tiempo" y "El hombre invisible", pero la de los marcianos, nel.

Y no digamos ya que estaba en secundaria. En básicos sólo leí completos "El Visitador" de José Milla y Vidaurre (y sin que me obligaran, eso sí, La hija del adelantado), Los árboles mueren de pie de Casona y... creo que nada más. No digo pues, soy un lector malísimo.

Parece que solamente hace falta que me digan que es obligatorio que lea un libro para que no lo lea.

Recién estoy tratando de ponerme al día en cuanto a mi cultura general con todo lo que medio leí, mal leí o nunca leí.

Ah, y para terminar, una última anécdota de mi maetro re-buena onda. Ese mismo año de 1992 trató de fomentar en nosotros el hábito de la lectura, así que nos puso como ejemplo la novela "Tiburón" (Jaws de Peter Benchley), nos comentó que el primer capítulo de la novela solo era más emocionante que toda la película en sí. Y le preguntó a uno de nuestros compañeros, cuyo padre era amigo suyo y contemporáneo, que si alguna vez había tratado de leer el librejo aquel (supongo que el padre de mi compañero habría sido quien le prestara la novela a mi maestro), y mi compañero sólo respondió que el libro le había parecido larguísimo, creo que su expresión fue "es grandísimo", debido a lo cual yo me imaginé una edición tipo Biblia de la Colunga.

Y ahora, 17 años después, un lector malísimo en una de sus incursiones a las librerías de usados se encontró el libro, y tras portarse algo reticente, al final lo compró y lo está leyendo y, oh sorpresa, ni parece Biblia ni ofrece ninguna resistencia. Es un best-seller de lo más dócil, como era de imaginarse. Ah, y mi maestro tenía razón, el primer capítulo sí que es mejor que la película.




Imagen: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/5a/War-of-the-worlds-tripod.jpg

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Leyendas de Guatemala también me costó mucho leerlo, más los últimos relatos.
(Y por cierto, creo haberlo visto una tarde en la zona 1, sobre la 9 calle, pero no estoy segura).

Petoulqui dijo...

Estimada claraq:

He de reconocer que no he terminado de leer Leyendas de Guatemala; a decir verdad, desde ese intento de mi niñez no la he retomado. He querido hacerlo (incluso una de las motivaciones que he tenido es ver que la estabás leyendo hace meses, pero ni así). Algún día, que espero sea todavía de este año.

Sería yo el de la 9 calle de la zona 1. Por ahí están algunos de mis libreros favoritos, es muy posible. ¿Chumpa verde, lentes y cierto desaliño personal? A lo mejor era yo. No podría decir si te vi, porque nunca te he visto, o a lo mejor pero no sabía que eras vos ;)

Siempre es un gusto recibir una visita tuya y aún más alegre leer uno de tus comentarios.

Carolus:

Muchas gracias por la visita, los links y la cita (y si es original inédito, muy interesante, excusándome de mi ignorancia). Ya te agregué a mi blogroll.

Saludos,

Peto

q u i n o ƒ ƒ dijo...

Bueno, en esa categoría de lector embustero que te has inventado, hazme un lugar: en la escuela me dieron a leer, como es esperable, El Quijote. Una obra dividida en dos gruesos volúmenes, fraguada en un español tan distante como pueden estarlo las mentalidades españolas del siglo XVI y los escolares contemporáneos. La profesora no nos puso en conexión con Cervantes. Pero sí anunció examen. En tales condiciones, mentí. Se supone que leí la primera parte (400 páginas según nos recomendaron)... pero sólo repasé 24 páginas (con ilustraciones) de un resumen.

Falta de amor, puede ser. Y falta de quien nos enamorara, ciertamente.

la-filistea dijo...

No creo que seas un mal lector!.

Yo de Selecciones guardo muy buenos recuerdos, de mi adolescencia o quizá niñez. Teníamos muchas en la casa y me pasaba leyendolas. Cuando vine acá a vivir con mi mamá, recuerdo que me dice: te tengo una sorpresa acabo de unirte al Club de Selecciones, cuando en este tiempo yo ya leía otras cosas pero igual lo agradezco.

Yo he apuntado casi todo lo que he leído recuerdo que mi hermano hizo una reseña de Cien años de Soledad con mis apuntes. No pasó el gusto estar en Macondo.

p.s.Relato de un Naúfrago de Márquez es uno de mis favoritos de él.

Saludos Petoulqui.